Aunque puedan parecer lo mismo, efectivamente, se trata de conceptos diferentes. Así que, si eres de los que piensa que ‘jogger’ y ‘runner’ son sinónimos, estás muy equivocado. De hecho, si le dices a un corredor que lo has visto haciendo ‘jogging’ es probable que no te ponga muy buena cara…
En este artículo aprenderás a diferenciar estos dos conceptos que suelen dar lugar a tanta confusión. Hay distintas formas de correr y de salir a hacer ejercicio, conócelas y así podrás llamarlas por su nombre.
Diferencias entre Jogging y Running
La principal diferencia entre ambos conceptos es la filosofía de vida. Es decir, si practicas jogging saldrás a correr de forma suave sin un plan de entrenamiento ni un objetivo a largo plazo. Tu meta seguramente sea la de quemar las comilonas del fin de semana o buscar un momento de desconexión y disfrutar de un rato agradable al aire libre.
Es fácil reconocer a un ‘jogger’ a simple vista porque no suele llevar un equipamiento deportivo específico ni marcas pro. Es más, en muchas ocasiones lo distinguirás porque viste con el chándal de su equipo favorito o una camiseta de publicidad dos tallas más grande y unas zapatillas poco apropiadas para correr largas distancias. En lugar de un pulsómetro es más fácil que lleve en la mano o en el bolsillo un móvil enorme y que lo consulte con frecuencia.
Por el contrario, el running es una pasión donde salir a correr a diario se convierte casi en una religión. Un corredor se situaría en el nicho intermedio entre el aficionado y el atleta. Cuando eres un ‘runner’ tienes un objetivo muy claro que puede ser mejorar tu tiempo, aumentar tu resistencia o competir en una carrera. Siempre vas a tener presente un plan de entrenamiento específico que te vas a esforzar por cumplir, sin excusas.
Además, un corredor que se toma en serio el running tiene un hueco en el armario específico para su equipamiento. No sólo habrá ropa técnica de invierno y de verano sino también varias zapatillas para alternar o para usar según la superficie sobre la que vaya a correr. Seguramente encontrará otro espacio para guardar la ropa de compresión y la última tecnología en weareables para medir y registrar los entrenamientos.
Entonces, ¿soy Jogger o Runner?
Aunque no existe una definición estandarizada de trotar, quizá se podría considerar como ‘correr a una velocidad menor a 10 km por hora’. Otros expertos en la materia opinan que el jogging se puede calificar como tal cuando corres por encima de los 6.20 km/minuto. Pero tampoco es necesario hilar tan fino, porque puedes tener 60 años, sentir el running como una pasión y estar por encima de esa marca.
Eso sí, aunque practiques el jogging, deberás seguir los mismos consejos de seguridad que cualquier corredor a la hora de salir a la calle. De igual modo, no debes olvidar calentar antes y estirar después de cada entrenamiento. Al igual que en running, el hecho de prevenir las lesiones es otro aspecto esencial que no debes dejar de lado y que debes tomarte en serio.
¿Ya tienes claro si eres un jogger o un runner? Todo depende de si correr es para ti una afición o todo un estilo de vida. También puedes empezar haciendo jogging y que poco a poco te pique el gusanillo del running y empieces a marcarte metas y objetivos. Tanto en un caso como en otro, ten en cuenta que hacer deporte es muy saludable y sendas prácticas aportan multitud de beneficios para tu organismo.
Beneficios del Jogging
Si en lugar de correr con un plan específico prefieres practicar jogging, te interesa saber cuáles son los beneficios de este tipo de ejercicio cardiovascular, que no son pocos:
1. Es Apto para Todas las Edades
Como es un ejercicio de baja intensidad se considera apto para todo tipo de personas de cualquier edad. No importa si tienes sobrepeso, si estás en baja forma o si tienes 65 años, ya que el jogging es el mejor aliado para combatir el sedentarismo y mantener tu cuerpo joven y en forma. Aunque eso sí, si sufres alguna enfermedad o antigua lesión debes preguntar primero a tu médico si puedes practicarlo o si considera que es preferible otro deporte para ti.
2. Mejora la Circulación y Previene la Osteoporosis
Al correr vas a incrementar la elasticidad de las arterias y vas a disminuir el riesgo de problemas vasculares, además de retardar el envejecimiento pulmonar y de fortalecer la musculatura del aparato respiratorio. Correr te ayudará también a retrasar la pérdida de la densidad ósea que se produce con la edad y a prevenir la osteoporosis, que es el principal problema del sistema musculoesquelético.
3. Genera Menor Impacto en las Articulaciones
Cuando eres joven y atlético correr intensamente no supone un problema. Sin embargo, si arrastras alguna lesión u operación pasada o padeces de obesidad, dedicarte al running seriamente puede ser muy lesivo para tus articulaciones, sobre todo si no estás acostumbrado a ello previamente. Por eso, el trote suave te conviene, porque reduce mucho el impacto al correr y es menos probable que recaigas o que sufras alguna de las lesiones más comunes entre corredores.
4. Ayuda a Fortalecer Articulaciones y Músculos
Cuando una persona cae en la inactividad y el sedentarismo, el hueso pierde fuerza y elasticidad. Lo mismo pasa con las articulaciones, músculos, ligamentos y tendones. De hecho, a partir de los 40 años, se reduce la capacidad para coordinar las actividades motoras. Por este motivo, correr regularmente te puede ayudar a frenar notablemente ese deterioro y a mantener tu organismo más joven durante más tiempo.
5. Estiliza las Piernas y Tonifica tu Cuerpo
El ejercicio más eficaz para perder peso es el cardio. Aunque el jogging es menos intenso que el running, también es una herramienta estupenda para quemar calorías. Si lo combina con una buena dieta y eres persistente, puedes conseguir tonificar mucho el cuerpo. Lograrás estilizar y tonificar mucho la zona del tren inferior, sobre todo piernas y glúteos, evitando la aparición de la molesta celulitis.
6. Aumenta la Autoestima y la Confianza
Al volver a casa y darte una ducha reparadora siempre te encontrarás mejor, habrás liberado endorfinas corriendo y te sentirás mucho más relajado y en paz. Esos ratos de desconexión te servirán para liberar tensiones, ordenar tus ideas y sentirte ajeno a los avatares de la vida cotidiana. Por lo tanto, no solo te ayudará a mejorar tu estado físico sino también tu estado mental.
¿Y tú? ¿Hasta Dónde Estás Dispuesto a Correr?
Si no puedes dedicarte al running como te gustaría porque tu salud no te lo permite o no tienes el tiempo suficiente, el jogging puede ser una alternativa muy saludable. Te va a servir para mantenerte en forma sin exigirte demasiado y podrás combinarlo con otras actividades deportivas de intensidad similar.
Lo importante es que tengas clara cuál es la diferencia entre ambas tipologías. Las principales son el nivel de exigencia y el propósito, además de la indumentaria. Todo ello te ayudará a distinguir a simple vista a un corredor aficionado, como el el jogger, de un corredor habitual, que es el runner. Y ahora que ya sabes estas diferencias, ¿en qué grupo crees que estás?