Neuroma de Morton: Síntomas, Causas, Tratamiento y Prevención

El Neuroma de Morton es una patología poco conocida pero que es muy frecuente entre corredores. Se trata de un dolor punzante en la planta del pie, concretamente, en la zona donde nacen el tercer y cuarto dedo. ¿Te suena?.

En este artículo voy a explicarte cómo reconocer los síntomas del Neuroma de Morton, qué puede haberlo causado, cómo tratarlo si ya lo padeces y cómo puedes prevenir su aparición.

Síntomas del Neuroma de Morton

El Neuroma de Morton es conocido también como neuroma interdigital o neuroma plantar, y consiste en el engrosamiento del nervio digital plantar y de los tejidos de alrededor. En el 75% de los casos, este problema se localiza entre el tercer y cuarto dedo del pie, aunque hay un 17% de los casos en los que el problema se presenta ente el segundo y tercer metatarsiano.

Los síntomas suelen aparecen de forma muy brusca e intensa, y de hecho, no suele haber indicios previos que puedan darte alguna pista para evitarlo a tiempo. De repente, aparece un dolor muy agudo cuando se comprime el nervio y aumenta con cada zancada que das al correr. De hecho, si aparece, suele obligarte incluso a parar de golpe.

Puedes sentir una especie de calambre muy doloroso en la zona de los dedos de los pies que puede extenderse hasta incluso la pierna. Si te ocurre en un entrenamiento o durante una carrera, lo mejor es pararte, descalzarte y masajear la zona. De esta forma podrás reducir el dolor lo suficiente como para poder volver a casa andando.

Causas del Neuroma de Morton

Las causas de la aparición del Neuroma de Morton pueden ser varias. Ya te he comentado que comentado que este dolor tan molesto está provocado por la irritación por compresión del nervio interdigital que recorre los huesos metatarsianos del pie.

La localización tan concreta en esta zona del pie es porque de alguna forma soporta gran parte del peso del cuerpo, y aunque es una lesión frecuente entre corredores, también suele darse de 6 a 18 veces más entre las mujeres. En cuanto a la edad, puede aparecer en cualquier momento.

Los principales motivos que pueden causar esta dolencia pueden ser:

  • Utilizar unas zapatillas con punteras demasiado estrechas que compriman en exceso la zona donde nacen los dedos.
  • Sufrir microtraumatismos de repetición al correr debido a una hiperpronación, es decir, que impactas en exceso la zona de la puntera contra el suelo.
  • Llevar zapatos de tacón altos que te obliguen a cargar la mayor parte del peso en la zona afectada durante todo el día.
  • Poseer una biomecánica deficiente, como una musculatura de la pierna acortada o un posicionamiento anormal de los dedos del pie.
  • Sufrir una caída, un golpe o un traumatismo directo e intenso producido en la zona.

Tratamiento para el Neuroma de Morton

Si es la primera vez que te pasa, puede ser solo algo puntual. Cuando llegues a casa descálzate, masajea la zona y anda por una superficie fría y lisa. También puedes usar hielo para bajar la inflamación o incluso puedes tomar algún antiinflamatorio.

Si el dolor reincide más veces y se vuelve persistente, lo primero que debes hacer es diagnosticar la causa. Es aconsejable que te sometas a un estudio biomecánico en el que pueda comprobarse si tu forma de correr está siendo la causante de la irritación del nervio.

Si es así, el tratamiento tendrá que ir dirigido a reducir la sobrecarga que generas al correr en la zona afectada. Para ello, necesitarás guardes primero unos días de reposo, y después, si quieres volver a correr, tendrás que utilizar una plantilla personalizada que esté diseñada especialmente para solucionar este problema.

También debes comprobar que la puntera de tus zapatillas no oprime demasiado tu dedos. Si es así, es hora de comprar otras zapatillas con una horma y una pala más anchas. Es muy importante que corras con unas zapatillas adaptadas a tu problema de pronación.

Otros Tratamientos si el Dolor Persiste

Si la plantilla no acaba con las molestias y te das cuenta de que se trata de una lesión, tendrás que probar otros tratamientos más intensivos, pero eso sí, deberán estar supervisados por especialistas como médicos deportivos, fisioterapeutas y/o podólogos.

La fisioterapia te puede ayudar si el dolor todavía es leve, ya que con la realización de masajes o estiramientos musculares, la aplicación de ultrasonidos o incluso con infiltraciones de corticoides, puedes experimentar una importante reducción de los síntomas.

Sin embargo, si después de intentarlo con estos métodos iniciales el dolor persiste y se intensifica, puedes probar otras técnicas como la neurólisis química, la radiofrecuencia o las infiltraciones de colágeno. Se trata de métodos muy efectivos que suelen funcionar bien. Eso sí, deben ser realizados bajo un control ecográfico.

Siempre como última opción, en los casos más graves y persistentes, es necesario recurrir a un tratamiento quirúrgico, que consistiría en realizar una pequeña incisión de unos 4 centímetros en la cara dorsal del pie, con el objetivo de acceder y localizar el neuroma y liberarlo o resecarlo. Al tratarse de una intervención menor, no suele requerir hospitalización y el posoperatorio también suele ser rápido.

Prevención del Neuroma de Morton

Para prevenir al máximo la aparición de esta lesión es esencial que te centres en fortalecer  de forma correcta los músculos de los pie. En este artículo te explico qué músculos son los más importantes que debes trabajar, y encontrarás una serie de ejercicios de fortalecimiento muy sencillos que podrás realizar en casa.

Lo cierto es que una musculatura débil puede producir deformaciones y acortamientos musculares que pueden provocar todo tipo de contracturas y sobrecargas. Si además eres hiperpronador, tu predisposición a padecer el Neuroma de Morton es más alta.

Puedes prevenir el neuroma usando unas zapatillas más adecuadas a tu pisada y cambiándolas por otras nuevas cuando sea el momento. Tanto la puntera como la pala deben ser suficientemente anchas. Al menos lo bastante como para no oprimir ni los dedos de los pies ni la zona del empeine.

Otras medidas de prevención recomendables son: incluir en nuestra dieta alimentos ricos en vitamina B, evitar el uso de tacones altos o botas prietas y, por supuesto, realizar estiramientos y ejercicios para relajar la zona y fortalecerla.

Ejercicios Sencillos para Tratar el Neuroma de Morton

  • Contraste de Frío-Calor: Este es uno de los primeros ejercicios que te recomendará tu médico porque es sencillo y puedes hacerlo tranquilamente en casa. Solo tienes que alternar la colocación de hielo y calor. Para ello, tienes que colocar tu pie sobre el hielo unos 20 minutos, para seguidamente, colocar ese mismo pie otros 20 minutos sobre una almohadilla eléctrica. El contraste entre frío y calor te permitirá acelerar el proceso de curación, al mismo tiempo que conseguirás disminuir la inflamación y aumentar el flujo de la sangre.
  • Masaje con Hielo: Si el dolor es muy intenso, el hielo es el mejor antiinflamatorio que encontrarás a mano en casa. Te servirá para aliviar el dolor de forma lo más inmediata posible. Lo más rápido es que mojes con agua un paño de fibra y que lo metas en el congelador. Cuando se haya enfriado, realiza un masaje con el paño frío por toda la zona afectada. Verá como sientes mucho alivio al conseguir adormecer los nervios afectados.
  • Estiramientos: Los estiramientos de los dedos hacia arriba y hacia abajo son ideales para aumentar la flexibilidad en toda la zona dolorida. Puedes ayudarte de las mano para estirar los dedos y mantener unos segundos la postura. Poco a poco conseguirás ayudar a aflojar la tensión producida sobre ligamentos y tendones.
  • Auto-masaje con Pelota: Coloca la parte anterior del pie sobre una pelota de goma con el talón apoyado. Realiza movimientos lentos e intensos en forma de abanico por toda la zona delantera. Mantén una respiración fluida y presiona la pelota con fuerza, aunque sientas dolor, pero nunca demasiado. Después, cambia la pelota hacia la zona del talón y repite el proceso. Deja caer también el peso sobre la pelota unos segundos y ve variando los ejercicios. Hazlos durante unos 5-10 minutos con cada pie.

¡Evita las lesiones y no te pares!

Ahora que ya sabes cómo puedes evitar esta lesión, puedes actuar al primer indicio y evitar que vaya a más. ¡No permitas que las lesiones te hagan parar!.

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